Hablando de Misses

Una de estas mañanas sabatinas enciendo la televisión y veo que lo tengo justo en Venevisión. Como cosa rarísima, estaban transmitiendo un concurso de belleza, el Miss Mundo 2008. Me llamó la atención porque la competencia, llevada a cabo desde Sudáfrica, tenía otros matices. Esta vez los cabellos sedosos y perfectamente llenos de laca, las sonrisas dispuestas de manera nerviosa, el maquillaje infalible y cuerpos esbeltos y elegantes, podría decirse que pasaron a un segundo plano, ya que algunos puestos serían ocupados por ganadoras de concursos que se habían programado previamente al gran día. Una de las actividades consistía en explotar algún dote artístico y lo demostrara - cantar, bailar, actuar- ganó la que cantó. En otra debían trabajar todas en equipo y construir botes y superar obstáculos, era más que todo actividades deportivas; también hubo una ganadora, pero la actividad más sorprendente de todo esto fue que cada Miss debía realizar un proyecto social para tratar de disipar algún mal presente en su país, como ganadora resultó la representante de Trinidad y Tobago, quien durante todo el año de su elección como soberana de la nación, logró recolectar algunos fondos y emplearlos en la construcción de un hospital para niños con cáncer.

Este nuevo método para conformar el cuadro de las 15 chicas más hermosas del mundo me pareció interesante y de alguna manera bajé la guardia por los prejuicios que muchas veces tenemos con este tipo de actividad del mundo de la belleza y las pasarelas. Vivimos creyendo que las Misses son seres vacíos y sin nada en la cabeza, pero cuando ves acciones como las que realizó la candidata de Trinidad y Tobago por su país te dan pie para mirar las cosas de otra forma y ¿por qué no? darles el chance de demostar que tienen cerebro. Creo que es un buen dato, Osmel Sousa.

¿Será que hay que darle una oportunidad a Paris Hilton?